Hola, soy una mujer de 38 años. Estuve leyendo el caso de la muchacha de 15 años que perdió su virginidad, pero antes de contarles lo que estoy pasando, quiero hablarles brevemente de mí: soy la hija mayor de un matrimonio, mis hermanos menores ya están casados. Yo siempre fui, según mis padres, la más “pensante” de mi familia. Desde niña he participado en grupos en la parroquia, coro, liturgia y hasta estos días como catequista y asesora de pastoral juvenil. Nunca había tenido novio y siempre soñé llegar virgen al matrimonio.
Ahora les cuento lo que me pasó: con el avance de la tecnología también yo “me actualicé” y conocí a un hombre por internet. En casi 4 años construimos una muy buena amistad. Poco a poco me enamoré de él y un día me propuso que nos conociéramos en persona. Como yo vivo en un país centroamericano y él es mexicano residente en USA, pues le dije que si el Señor permitía esa visita, Él abriría las puertas. Y así pasó todo. Pude conseguir mi visa norteamericana (todo un milagro) y fui a pasar un tiempo con él. Estuve 21 días de visita, me trató como una verdadera reina y yo estaba de lo más enamorada. Como es de imaginarse ─un hombre de 40 años con una mujer de 37 pero con la experiencia de una de 15─ tuve relaciones con él. Terminado el viaje regresé a mi país. La relación ya incluía planes de casarnos: el vendría por mí a casarse a mi país y viviríamos en México. Sin embargo, 8 meses después, la relación se rompió. Yo aún no lo puedo superar y lloro mucho. Necesito mucha fortaleza para salir de esto. Saben, me siento como la quinceañera, y no sé qué hacer. Yo me había cuidado para el matrimonio… ¿y ahora qué hago? Lo más triste es que ahora no se con qué cara le puedo decir a los jóvenes de mi parroquia que no lo hagan, si yo no soy un buen ejemplo. Ellos no saben esta historia porque siempre fui muy reservada en esta relación, pero mi conciencia me acusa. Espero un consejo, gracias por permitirme compartir esta experiencia y si de algo le puede ayudar a alguien la pueden publicar, sólo les pido mantener mi anonimato. ¡Muchas gracias!
Respuesta:
Muchas mujeres creen que porque una decide tener relaciones sexuales cuando es adulta las consecuencias no serán las mismas que cuando son chiquillas. Sin embargo, el proceso es el mismo sin importar la edad que se tenga: ya tengas 15 o 37, no hay nada que pueda proteger tu corazón si decides no esperar y tener relaciones sexuales antes del matrimonio.
La diferencia estriba en que mientras más madurez tenga una será más consciente del daño que una se ha hecho a sí misma. Esa madurez sirve también para poder levantarse con menos dificultad que una chiquilla, porque entiendes y dimensionas mejor las cosas.
¿Qué hacer?
No es fácil superar una relación pero hay que proponérselo. Si todavía mantienes algún tipo de contacto con él, ya sea vía chat o teléfono, debes cortar la comunicación y bloquearlo de tus contactos. Siempre hay una segunda oportunidad y debes tomar la tuya, debes volver a vivir tu pureza para la persona con la que el Señor ha escogido para ti para compartir tu vida. ¡Nunca es tarde para volver a vivir la pureza!
Lo otro es que no debes juzgarte duramente a ti misma. Si bien debes ser consciente de que lo que hiciste no fue bueno para ti, y que como consecuencia de tu apresuramiento y malas decisiones de momento ahora tienes una gran herida, debes perdonarte a ti misma y tomarlo como una experiencia de la que debes aprender. El tema no debe centrarse en tu caída y error si no en volverte a levantar, con la certeza de que el Señor siempre te regala una nueva oportunidad si vuelves arrepentida a Él, con el deseo de no volver a cometer el mismo error. A ti te toca tomar esa oportunidad que el Señor te regala y pedirle cada día la fuerza necesaria para seguir adelante y no volver a caer.
Otra cosa: es verdad que avergüenza y una ya no se siente digna de aconsejar a otras. ¿Con qué cara se le puede hablar a las jóvenes de esperar, si una misma no ha esperado? Pues que tu experiencia te sirva para ayudarlas. Dios saca de nuestros errores cosas increíbles, si es que nosotros damos testimonio de lo que nosotros mismos hemos vivido. Ahora tú has experimentado y experimentas en carne propia el sufrimiento que todo esto trae, y ahora tú podrás transmitir a las chicas desde él corazón lo importante que es vivir la pureza. En vez de esconderte puedes tomar la opción de dar tu testimonio a las jovencitas (claro, sin mayor detalle) para que les sirva a otras chicas. Saber que a través de tu testimonio ayudas a muchas chicas a cambiar sus vidas, es como un bálsamo para curar las heridas que tiene tu propio corazón!
Espero que estas palabras te sirvan para salir adelante. Yo sé que cuesta mucho, porque lo he vivido en carne propia, y por eso también te puedo decir que sí se puede, pues yo soy un ejemplo vivo de eso!
A. O., 34 años.
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